Carta de la Gerencia
Fundamos Amigui en el 2012 impulsados por el deseo de cambiar el modelo de consumo de ropa y moda. Siendo conscientes del impacto positivo y negativo de la industria textil.
Positivo por la capacidad que tiene de satisfacer nuestra necesidad básica de vestimenta, pero al mismo tiempo de empoderarnos y hacernos sentir bien. Negativo por el impacto social y medioambiental del fast-fashion que ha reducido significativamente la calidad de las prendas, promueve compras repetitivas e invita a utilizar menos veces cada prenda.
Hemos dado grandes pasos para cumplir nuestra visión. Canalizamos más de 100 mil prendas al año para que puedan ser reutilizadas por nuestros clientes o recicladas y modificadas por programas de ayuda a la comunidad como el CMT (Casa del Muchacho Trabajador).
Creemos en reactivarnos juntos y hacer las cosas bien y legal. No se puede hablar de apoyar causas sociales o medioambientales si no actuamos correctamente casa adentro. Generamos empleo, tenemos a nuestro equipo debidamente afiliado. Compramos y vendemos cumpliendo la normativa del SRI.
La pandemia cambió drásticamente nuestro estilo vida. Nos enfrentamos a un consumidor más informado, más exigente, más consciente. La composición de los armarios también se modificó, se redujo, se simplificó. Los clientes buscan prendas más cómodas y exigen más a las marcas. También, se dieron cuenta que la ropa que no utilizan si la canalizamos adecuadamente CAMBIA VIDAS.
Dentro de Amigui, la pandemia reafirmó y nos comprometió aún más con nuestros colaboradores, clientes, proveedores y aliados estratégicos.
Desperdiciemos menos recursos, reutilicemos, colaboremos. Hagamos las cosas bien.
Juan Fernando Salgado T.